La Iglesia Católica, durante la misa en la ciudad de Caacupé, expresó su repudio ante el caso de sicariato ocurrido el domingo pasado.
Durante la misa de este domingo en Caacupé, se leyó el comunicado de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) sobre el caso ocurrido hace una semana en San Bernardino, donde murieron Cristina “Vita” Aranda y Marcos Rojas en un tiroteo.
A continuación trascribimos el documento leído:
• NUESTRO REPUDIO Y RECHAZO A TODO TIPO DE VIOLENCIA:
Repudiamos y rechazamos rotundamente los violentos asesinatos ocurridos en la ciudad de San Bernardino. Hechos de violencia de dicha magnitud y gravedad no son normales y no debe afectar a nuestra sociedad.
El fundamento de todos los principios de nuestra doctrina social se ciñe a proclamar que la vida humana es sagrada y que la dignidad de la persona es la base esencial de una visión moral para la sociedad.
• SEÑALES CLARAS DE SEGURIDAD Y TRANQUILIDAD
Con estos hechos de violencia que se generan aumenta la sensación de incertidumbre y desazón en la población paraguaya, lo que a su vez se traduce en angustia para todos, pues, cualquier espacio público de nuestro país podría verse inseguro e intranquilo.
Por ello, exigimos al gobierno nacional y a los responsables de la seguridad interna, un compromiso más firme, contundente y transparente a favor de los ciudadanos y sus bienes.
• EL NARCOTRÁFICO Y SU PERMEABILIDAD
Los vínculos entre el narcotráfico, la esfera política y las instituciones públicas de nuestro país, nos muestran un hecho evidente: el narcotráfico permea cada vez más en nuestra sociedad, los órganos de seguridad y las instituciones públicas. Sus miembros deberían garantizar una lucha frontal, sin embargo, son flancos frágiles por donde los delincuentes y criminales logran beneficiarse.
Por lo tanto, exhortamos a las autoridades a depurar las instituciones al servicio del bien común, promoviendo autoridades probos y competentes.
Pedimos a la ciudadanía mantenerse unida en la oración y a no permanecer indiferentes ante hechos de violencia que lastiman la fraternidad y debilitan la paz social.