El hermano de Cristina “Vita” Aranda reveló la forma en que fue trasladada la mujer baleada en San Bernardino al Hospital Nacional de Itauguá, donde se confirmó su deceso.
“Yo estuve en los últimos minutos con ella y me duele cuando cuento”, inició la entrevista el hermano de Vita, José Aranda. Armándose de valor y con la voz quebrada recordó cómo fueron los últimos minutos de vida de su querida familiar.
En entrevista con radio Monumental, indicó que la organización de ese evento masivo fue un completo desastre y que su ambulancia no contaba con los kits básicos para asistir a la mujer baleada. Por ello anunció que accionarán legalmente contra los organizadores.
El hombre recordó que el cardiólogo Rubén Servián, médico del Olimpia, estuvo en el festival y que intentó reanimar a su hermana y luego la acompañó cuando fue trasladada al Hospital de Itauguá.
“Subimos a la ambulancia y el doctor Servián pedía kits básicos pero no tenía para intubarle. Era como un taxi nada más. Todo lo que pedía el doctor no tenían en la ambulancia. Es mentira que la atendieron en San Bernardino. Los que estaban adentro no estaban preparados”, sostuvo.
También recordó que el chófer de la ambulancia se perdió y perdimos 30 minutos durante el traslado. “El chófer de la ambulancia estaba más shockeado que nosotros, no estaban preparados para brindar el servicio. Estaba perdido y nos metió a un yuyal, un empedrado, perdimos como 30 minutos ahí. Entonces puse el GPS y me marcaba otros 16 minutos para llegar al hospital, fueron los 16 minutos más largos de mi vida”, dijo al momento de criticar además la apatía de la ciudadanía que no daba paso a la ambulancia.
Indicó que a su hermana le costaba respirar pero que en la ambulancia no podían intubarla. “Eso es lo que más indignó, que dijeran que mi hermana llegó intubada al Hospital de Itauguá, cuando eso es mentira, la ambulancia era un taxi, nada tenía ni siquiera andaba su radio para pedir auxilio a otra unidad. Mi hermana solo tenía una vía y por eso incluso me esposaron porque yo me fui a reclamar porque no le intubaron”, expuso.
“Todo el camino le dije a mi hermana que la amo, que es valiente, una luchadora, que sus hijos nunca estarán solos. Ella apretaba fuerte mi mano en la ambulancia, no sé si era sus ganas de vivir o qué era”, contó también.
Por su parte, el cardiólogo Rubén Servián, médico del Olimpia, coincidió con el relato y aseguró que la ambulancia no contaba con el equipamiento óptimo y el personal no era el adecuado. “Yo solicitaba elementos que podía utilizar para intubar a la paciente, no tenía. Más impotente me sentía. Que busquen en el hospital más cercano de la zona a través de una central telefónica, no lo hicieron. Solicité que usaran ambulancias, nos intercedan en el camino y nos provean lo que necesitaba, no se hizo”, sostuvo.