El Boca Juniors ha entrado en fase de reflexión. El pesimismo se ha instalado en el entorno del Xeneize después de caer en la tanda de penaltis en las semifinales de la Copa de la Liga contra Estudiantes de la Plata.
La derrota son de las que duelen, porque se tira por la borda todo el trabajo del primer semestre del año. El equipo de Diego Martínez venía en fase ascendente, sobre todo, después de cargarse a River Plate (2-3) en un partidazo en los cuartos de final, en el que, por cierto, el Millonario reclama un gol fantasma.
Todo voló por los aires, por la imprudencia de Cristian Lema, que no tuvo otra ocurrencia que levantar la pierna tan imprudentemente, que su bota golpeó a la cabeza de un adversario. Hasta este lance (min 73.), el Xeneize, que ganaba por 1-0, tenía un pie y medio en la gran final de domingo, donde le esperaba el Vélez Sarsfield. Estudiantes empató desde los once metros y el Boca, con diez, se vio abocado a una tanda de penaltis donde acabó sucumbiendo.
El desánimo es generalizado. La ira de la hinchada no solo se centra en el veterano zaguero, que no acaba de convencer a nadie desde que aterrizó en La Bombonera a principios de enero y que encadena una serie de fallos grotescos.
Juan Román Riquelme, desde el púlpito presidencial y con la legitimidad que le da ser el mayor ídolo del club, ha pedido cordura y cabeza fría. “Cometimos errores, pero siempre es así cuando pierde Boca. Cuando otros pierden no preguntan, cuando Boca pierde es un drama. No dramaticemos, muchachos”, ha asegurado.
Esta es la misma línea argumental del técnico: “Nos quedamos fuera de manera injusta. Ahora hay que tratar de que esta bronca se nos pase rápido y a partir del próximo entrenamiento ponerse a trabajar para lo que viene”, aseguró Diego Martínez. Las miradas ya están puestas en el inicio de la Primera División, el fin de semana del 11 y 12 de mayo.
No ganar la Copa de la Liga, el gran torneo del fútbol argentino del primer semestre, supone perder la posibilidad de clasificarse para la Copa Libertadores 2025, que es uno de los grandes objetivos de la temporada.
En 2023, el Xeneize llegó heroicamente en la final de Maracaná, pero cayó en la prórroga contra el Fluminense. Por su mal desempeño en todo el curso, se quedó sin poder participar en la edición de este 2024. Jugar la Copa Sudamericana no sirve ni como premio de consolación por la grandeza de la entidad.
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El Boca aumenta su sequía de títulos. El último trofeo que levantó fue la Supercopa Argentina 2022, ante Patronato (3-0), que se disputó en marzo del año pasado, después acabó fallando en los grandes torneos.