Lo de la Confederação Brasileira de Futebol (CBF) es un esperpento infinito. Cuando uno piensa que ha llegado al fondo del pozo institucional, siempre hay espacio para caer aún más abajo. Y este domingo se vivió un nuevo capítulo en Río de Janeiro que lo corrobora.
El día antes de que Carlo Ancelotti desembarque en Río de Janeiro para ser presentado como nuevo seleccionador brasileño, la Confederação eligió en una Asamblea General a su nuevo presidente, que sustituye a Ednaldo Rodrigues, destituido por un tribunal de Río de Janeiro por irregularidades administrativas (se le acusa de haber falsificado la firma de un expresidente de la entidad en un documento).
Esta era una elección de cartas marcadas desde hacía algunos días, porque solo Samir Xaud había logrado las firmas necesarias para oficializar su candidatura. No había, pues, adversario.
Y este médico de 41 años, que nunca ha dirigido ninguna federación ni ningún club y que fracasó en la carrera política, donde no fue elegido para ocupar ningún cargo público, cumplió el trámite de ser nombrado como presidente de la Confederação hasta 2029.
Que acabe completando su mandato sería noticia, teniendo en cuenta que los últimos cuatro predecesores (José Maria Marin, Marco Polo Del Nero, Rogério Caboclo y Ednaldo Rodrigues) fueron destituidos por diferentes motivos, y el anterior, el histórico Ricardo Teixeira, tuvo que renunciar por la presión de las denuncias de corrupción.
De la elección de Samir Xaud, lo más destacado, sin duda, es el boicot explícito que han realizado la mitad de los clubes de la Serie A y B del Brasileirao. Han sido veinte entidades que no han participado en la Asamblea para mostrar su disconformidad por el sistema de elección del presidente de la CBF, que prima el voto de las federaciones territoriales, con un peso de tres, por dos de los clubes de la Serie A y uno de la Serie B.
Que un desconocido como Samir Xaud se haya convertido en presidente de la Confederação solo se entiende por el juego institucional interno de las federaciones y por el apoyo externo de jueces y políticos. En ningún caso se han tenido en cuenta factores deportivos ni de gestión.
Samir Xaud procede de la federación de Roraima, un estado amazónico de tan solo 500.000 habitantes, que hace frontera con Venezuela y Guyana, y donde solo hay 10 clubes federados, sin tradición alguna en el panorama nacional.
El nuevo presidente de la CBF nunca ha dirigido la federación local de su estado, porque iba a sustituir en el cargo en 2027 a su padre, José Gama Xaud, conocido como Zeca Xaud, que ocupa el cargo desde hace cuarenta años.
