El Botafogo lo tiene todo a su favor para confirmar este domingo un doblete para la historia. Todo está preparado para que el flamante campeón de la Libertadores 2024 conquiste un Brasileirao que no alza desde 1995.
El conjunto de Artur Jorge solo depende de él en una última jornada con horario unificado (a las 21:00, horario peninsular español). Tiene tres puntos de ventaja sobre el Palmeiras (76 por 73), y, con un empate, certificará el título, sin tener que depender de lo que ocurre en Sao Paulo.
La fiesta ya está preparada en el estadio Nilton Santos y el adversario, el Sao Paulo ha viajado a Río de Janeiro casi de vacaciones, porque tiene garantizada una plaza en la fase de grupos de la Libertadores 2024. Además, tampoco tiene ninguna intención de aguar la fiesta a los botafoguenses para facilitar el título a uno de sus acérrimos rivales, sus vecinos del Palmeiras. Es más, la afición tricolor ya ha expresado estos últimos días, por activa y por pasiva, que no entendería un esfuerzo extra y antinatural de sus futbolistas.
En la jornada que se disputó entre semana, el Tricolor, que alineó una formación plagada de reservas, tropezó en casa ante el Juventude (1-2), un resultado que certificó la permanencia de los gauchos. Lo ocurrido en el Morumbí es un presagio por donde pueden ir los tiros.
[–>El Palmerias, por su parte, no le queda otra que esperar una carambola. Inexcusablemente, tiene que ganar, en el Allianz Parque, por cuantos goles pueda, al Fluminense, que se juega la permanencia, y esperar la improbable derrota del Fogao.
Al Verdao, que es el vigente bicampeón, se le escampó el título liguero dos jornadas atrás cuando, en el duelo directo con el Botafogo, naufragó en casa (1-3), aquel día el empate le iba bien para salir como líder.
Ese triunfo sirvió para catapultar los ánimos de los cariocas de cara a la final de la Libertadores y enterrar los fantasmas de la pérdida liguera de la temporada anterior reaparecidos de nuevo con una mini crisis, en la que acumulaban tres empates seguidos, dos de ellos, inesperados en casa, ante el Vitoria y el Cuiabá, que ya está descendido a la Serie B.
Muchísimos nervios para la permanencia
El otro gran foco de la jornada es, sin duda, la lucha por la salvación. El Atlético Goianiense, Cuiabá y Criciuma están matemáticamente sentenciados.
Cuatro equipos pueden ocupar matemáticamente la última plaza. Quien empieza la jornada en posición de descenso es el Red Bull Bragantino (con 41 puntos), pero es el más optimista de todos. Para empezar, el jueves evitó el KO directo cuando ganó a un rival directo, el Atlético Paranaense (1-2) y, en teoría, tiene el compromiso más asequible: juega en casa contra el desahuciado Criciuma.
Con 42 puntos, está un Athlético Paranaense que vive en la agonía y que visita al Atlético Mineiro, que con 44 puntos, aún podría acabar descendiendo. El encuentro se jugará en Belo Horizonte a puerta cerrada y sin Gaby Milito, que fue fulminado después de un noviembre fatídico, en el que perdió dos finales (la Copa do Brasil, a partido doble, ante el Flamengo y la Copa Libertadores, siendo incapaz de aprovechar una superioridad numérica desde el primer minuto), y acumuló casi dos meses sin victorias ligueras.
[–>
El Fluminense (con 43 puntos), por su parte, visita al Palmeiras, que explotará sus mínimas opciones de ser campeón. Lo tiene muy complicado el conjunto de Thiago Silva, que ya avanzó, que, en caso de descalabro, seguirá en 2025 en el Flu jugando en la división de plata del fútbol brasileño.