Hay una expresión muy popular en Brasil que dice “filho de peixe, peixinho é”, que expresa la semejanza entre padres e hijos.
Pues bien, Robson de Souza Júnior, conocido futbolísticamente como Juninho, es uno de los futbolistas que destacan en la cantera del Santos FC. Discreto y trabajador, intenta crear su propio espacio en el tradicional club paulista donde también se formó y triunfó su padre, Robson de Souza, más conocido como Robinho.
Ahora, el exfutbolista del Real Madrid está encarcelado en la localidad de Tremembé, en São Paulo, después de que la justicia italiana lo condenara a nueve años de reclusión por una violación colectiva en una discoteca de Milán, ocurrida en 2013. No hay posibilidad de presentar más recursos, porque la condena ha sido ratificada en la máxima instancia judicial italiana. El exinternacional, que actualmente tiene 40 años, está detenido desde marzo en su país.
Ajeno a toda esta situación, el hijo de Robinho, alejado voluntariamente de los focos mediáticos, se centra en cuerpo y alma en ir progresando en las categorías de base del Peixe, donde disfruta de un cierto anonimato. El club lo ha arropado al máximo; no han trascendido muchos detalles de su día a día, pero se sabe que cuenta incluso con apoyo psicológico.
A sus 17 años, Juninho apunta muy buenas maneras y no porque sea el hijo de Robinho. En 2024 firmó su primer contrato como profesional, de tres años de duración, con una cláusula de rescisión de 50 millones de euros. Ha completado una gran temporada en el equipo sub-17 del Peixe, con el que se proclamó campeón del Campeonato Paulista de la categoría, donde fue el máximo realizador de su equipo.
Destaca, al igual que su padre, por su depurada técnica individual y su capacidad de regate en espacios cortos. Además, tiene gol. Internamente, la dirección del Santos lo ve como uno de los futbolistas más prometedores de la cantera. Si nada se tuerce, todo apunta a que llegará al fútbol profesional en breve.
Siguiendo con su etapa de formación, Juninho es uno de los convocados del Santos para disputar la 55.ª edición de la Copa São Paulo de Fútbol Júnior, la tradicional Copinha, que se celebra este mes y da inicio a la temporada en Brasil. El torneo reúne a algunos de los mejores futbolistas sub-20 del país, y ojeadores de toda Europa, entre ellos uno del Barça, observan minuciosamente el surgimiento de nuevos talentos. Hay un gran nivel.
El Peixe, que siempre se ha destacado por ser una de las grandes escuelas en la formación de talentos, no parte como favorito en este 2025. Dos de sus acérrimos rivales, el Palmeiras y el São Paulo, que se proclamó recientemente campeón de la Copa do Brasil Sub-20, son los principales candidatos al título, con el permiso del Corinthians, siempre muy competitivo y vigente campeón.
Juninho ya ha tenido su momento destacado en la competición, aprovechando a la perfección los minutos que le concedió su técnico, Leandro Zago. En el segundo partido de la fase de grupos, en la plácida goleada del Santos ante el Jaciobá (1-7), marcó un bonito gol y dio una asistencia. Celebró su tanto realizando unas “pedaladas”, el famoso dribling de Robinho, en un claro homenaje a su padre.
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Con este triunfo, el Peixe se clasificó matemáticamente para la segunda ronda de la competición, donde ya comienzan las eliminatorias a partido único.