Neymar Jr. uno de los reyes de la ostentación en el mundo del fútbol se ha quedado sin poder fardar con alguno de sus coches de lujos… al menos, mientras permanezca en el Santos FC, donde ha firmado por cinco meses hasta el 30 de junio.
Durante los doce años en que ha jugado fuera de Brasil, en Barcelona, París y, más recientemente en Riad, Ney ha ido acumulando vehículos de lujo, principalmente en su última etapa en Arabia Saudita, que conforman una auténtica flota.
La colección de cochazos del astro brasileño incluye modelos como un Rolls-Royce Ghost de segunda generación, un Aston Martin DBX, un Bentley Continental GT, un Lamborghini Huracán, o cuatro unidades de Mercedes-Benz Classe G.
Son miles de euros gastados durante su carrera futbolística. Algunos de sus mejores y más caros vehículos, sin embargo, han sido recibidos por contrato, como ocurrió en el Al-Hilal, donde, más allá de una ficha anual de 160 millones de euros, gozaba de todo tipo de lujos.
El crack, que solo jugó 428 minutos en el club de Riad repartidos en siete encuentros, tenía asegurado que la entidad saudita le regalaría tres coches de lujo para su uso personal y que otros cuatro serían para su staff.
Si Neymar quiere pasearse hoy con alguno de sus superdeportivos tendrá que hacerlo fuera del territorio brasileño… en Arabia, en Europa o donde más le venga en gana.
La legislación de su país no deja lugar a doble interpretación ni hay brechas por las que pueda colarse: Brasil restringe la importación de vehículos usados con el fin de proteger la industrial local y evitar competencia desleal. Solo los coches con más de treinta años, que ya son considerados ítems de coleccionista, son autorizados a entrar en el gigante sudamericano.
¿Qué hará Neymar ahora con su flota? De momento, nada se sabe ni de su paradero (si siguen en Arabia o no) y de su destino final.
El padre del crack dejó entrever el último fin de semana que la estancia del ’10’ en el Santos puede alargarse más allá del 30 de junio. La prensa brasileña ya especula que podría quedarse hasta el Mundial 2026 y, después, emprender la que sería su última aventura extranjera, muy probablemente en la MLS, en Estados Unidos, donde seguiría los pasos de Leo Messi.
El astro regresó a su país a principios de este mes. La única extravagancia que se le conoce es la ampliación de su patrimonio inmobiliario con la compra de tres mansiones en una urbanización de lujo privada, en el barrio de Morro de Santa Terezinha, en Santos, muy cerca de la ciudad deportiva del Peixe, donde entrena a diario, y del estadio de la Vila Belmiro.
De esta forma, Ney dejó de trasladarse a Santos en helicóptero desde la localidad de Mangaratiba en el litoral sur del estado de Río de Janeiro, donde tiene su base de operaciones cuando está en Brasil.
