El Santos le ha dado las llaves del club a Neymar y este, después de sus traumáticas experiencias en el PSG y en el Al-Hilal, se muestra encantando en poder monopolizar el poder. Quince días después de su repatriación, todo el mundo tiene claro en el entorno del Peixe que, quien manda es el Príncipe (‘O Rei’ siempre será Pelé).
Ney es el ’10’, el capitán, el líder y el comandante. Y lo de jugar con el brazalete no es algo simbólico para quedar bien, el crack lleva la voz cantante en el vestuario y el grupo acata sus decisiones. El miércoles, en la derrota por 2-1 en el clásico ante el Corinthians en una Neo Química Arena enloquecida, pudo verse como le daba una tremenda bronca al lateral derecho, Leonardo Godoy, en una jugada en que el argentino se mostró muy tenue defensivamente y la jugada desembocó en un penalti de libro por manos del central Joao Basso, que la colegiada del encuentro y el VAR pasaron por alto
No fue el único lance en que Ney intentó poner orden en medio del desaguisado santista. Las cámaras también captaron una conversación áspera con el veterano Tiquinho Soares, que estaba desconectado en la punta de ataque, en que ambos se tapaban la boca para evitar posteriores lecturas labiales.
El crack exige. Es el que marca el tono del grupo, incluso más que su entrenador, el portugués Pedro Caixinha, que, de momento, está teniendo dificultades palpables para harmonizar al grupo. Consciente de su rol, Ney, muy listo, centró el debate pospartido en la calidad del balón, que calificó como “muy malo” y pidió a su fabricante que introdujera mejoras. De la falta de competitividad del equipo poco se habló.
El Peixe, así como el propio Neymar Jr., están en fase reconstrucción. El club santista afronta una temporada clave tras haber transitado durante el 2024 por el vergonzoso purgatorio de la Serie B del Brasileirao. Y el crack regresó para recuperar sensaciones y volver a sentir jugador, ya que en el Al-Hilal no estaban por labor de regarle minutos de juego después de estar un año de baja por la rotura del ligamento anterior de su rodilla izquierda.
Ney se muestra paciente, pero pone presión. La prensa paulista asegura que participa en la política de refuerzos y propone fichajes. Dicen que no dudó en llamar al argentino Benjamín Rollheiser para que aceptara la oferta santista y no fuera al Botafogo, vigente campeón del Brasileirao y la Libertadores. El Peixe pagará 11 millones de euros al Benfica por su incorporación.
El crack opina hasta en la logística de los desplazamientos, como ya hizo el fin de semana pasado cuando el Santos jugó en el estadio del Novorizontino (0-0). Y propone (o exige) cambios y mejoras inmediatas.
A Ney, por ejemplo, no le gusto ni un poco ver cómo eran los alojamientos que los futbolistas tienen en el centro de entrenamiento. Y, en su primer día, ya trasladó a la dirección deportiva que era imprescindible modernizarlos. El club, claro, se puso, manos a la obra para satisfacerlo.
Que sea un líder plenipotenciario escenifica el compromiso y dedicación del astro en un proyecto deportivo que, para él, en prinicipio, solo será de cinco meses, porque su contrato expira el 30 de junio.
Ahora, lo que la ‘torcida’ santista más desea es que el Príncipe sea capaz de marcar las diferencias, lo que no ha ocurrido hasta ahora. En tres partidos con su nuevo ’10’, ha habido dos empates y una derrota, lo que complica mucho las posibilidades de clasificación para los cuartos de final del Campeonato Paulista.
Ante el Corinthians, Neymar regaló sus mejores minutos, regateó como lo sabe hacer, estuvo a punto de marcar su primer gol en esta etapa, y exhibió una progresión que invita al optimismo. Ahora, le restan “tres finales”, como el mismo ha señalado, ante equipos menores como el Agua Santa, el Noroeste y el Inter de Limeira, para intentar un pleno al nuevo, que le permita entrar en la lucha por el título del principal torneo regional de Brasil.
