Uno puede favorecer a quien quiera en la Final del próximo domingo en la Copa del Mundo. Hay quien dice que hay que apoyar al equipo latinoamericano solo por el hecho de serlo. No lo comparto. A menos de que haya una razón de peso, mejor desear que gane el mejor futbol. Pero hay algo indudable en la Final entre Argentina y Francia. Algo que los aficionados al futbol debemos aquilatar más allá de filias y fobias.
Es muy posible que el del próximo domingo sea el último partido de Lionel Messi con la Selección argentina. Eso no implica una obligación de respaldar a la Argentina del gran número 10. En absoluto. Pero sí vale la pena Valorar lo que supone el último partido de Messi. No todas las generaciones tienen el privilegio de ver jugar al mejor deportista en alguna disciplina. A nosotros nos ha tocado esa particular gloria. Se pueden discutir muchas cosas, pero la calidad objetiva de Messi está más allá de cualquier duda. Y no solo eso. Se trata de su capacidad para crear algo muy cercano al arte en la cancha de futbol. Es la belleza en la expresión atlética. Quien todavía tenga dudas debe repasar el pase magistral de Messi para el primer gol contra Holanda o aquel desborde sublime por la derecha en el que dejó sembrado a un defensa croata 15 años menor que él.
Por eso, más allá del resultado del domingo, hagamos una pausa y observemos con el respeto debido a Lionel Messi. Es la última noche de un artista como no ha habido otro. _________________ Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.
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