Campeón continental… y, ahora brasileño. No hay quien frene al Botafogo, que, en este 2024, ha tocado el cielo, en Sudamérica, y se ha convertido en el tercer equipo de su país en conquistar el doblete Libertadores-Brasileirao. Son quince días de ensueño.
Antes, solo lo habían logrado dos equipos de autor, el mítico Santos, de Pelé, en 1962 y 1963, y el Flamengo, dirigido por el portugués Jorge Jesus, en 2019.
En la última jornada del Brasileirao, al Fogao le valía un punto para confirmar un título liguero que no alzaba desde 1995. Y no falló. Ganó 2-1, con goles de Jefferson Savarino y Gregore, a un Sao Paulo desmotivado, que, clasificado para la fase de grupos de la Libertadores 2025, se presentó en Río de Janeiro con una formación plagada de suplentes.
Los de Luis Zubeldía no se jugaban nada y, además, no estaban por la labor de ayudar al Palmeiras, que necesitaba una carambola para desbancar a los botafoguense y terminar primeros.
Y esta no existió. Además, el Verdao ni hizo su parte. Perdió en casa contra el Fluminense (0-1), que fue a por todas para evitar caer a la Serie B.
Indiscutiblemente, el Botafogo ha sido el mejor equipo del año, gracias a la inversión maciza de su propietario, el magnate estadounidense John Textor y a la dirección de su técnico, el portugués Jorge Jesus.
Ha mostrado músculo, manteniendo con éxito dos frentes abiertos hasta el final, ha sido el más regular, quien más jornadas ha liderado la tabla y el más fuerte futbolística y mentalmente.
Y, este último aspecto no es menor, teniendo en cuenta el desfallecimiento del año pasado, cuando el Fogao desperdició 13 puntos de ventaja, lo que nunca antes había ocurrido en el torneo brasileño.
De la peor forma posible, los de la Estrella Solitarira aprendieron de los errores. Y, cuando pareció que se podía repetir el mismo guion, derrotaron al Palmeiras (1-3) dos jornadas atrás y sellaron, prácticamente, el título antes de jugarse la Libertadores, en la final de Buenos Aires, ante el Atlético Mineiro.
El conjunto de Artur Jorge le ha comido la moral al Verdao, el bicampeón destronado, con quien no ha perdido y, además, eliminó en la Copa Libertadores en el cruce de los octavos de final.
La mejor temporada para los botafoguenses no ha terminado. Sin tiempo para relajarse, ya tienen que viajar hacia Qatar, donde el miércoles disputan, a partido único, contra el Pachuca, mexicano, la segunda ronda de la resucitada Copa Intercontinental FIFA.
Quien salga vencedor de este cruce jugará el próximo sábado la única semifinal ante el Al-Ahly, egipto, que es el campeón africano. Y de este encuentro saldrá, finalmente, el adversario del Real Madrid en la final, programada para el miércoles 18. El campeón de la Champions no disputa ninguna eliminatoria previa y tiene garantizado la condición de finalista.
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Athlético Paranaense, a la Serie B
El otro punto de interés de la jornada era la definición de la última plaza de descenso a la Serie B. El drama del Furacao se confirmó y el año de su centenario acabó descendido. Los de Curitiba solo perdieron en el feudo del Atlético Mineiro (1-0), que no tenía la salvación confirmada, y se vieron perjudicados por la victoria del Flu contra el Palmeiras (0-1) y la goleada del Red Bull Bragantino contra el Criciuma (4-1), que eran los otros implicados en la lucha por la permanencia.