Sabemos que se registraron 32,875 personas que buscan ser juzgadores en alguno de los diferentes niveles, los Comités de Evaluación tendrán algunas semanas para valorar quiénes son los que tienen el perfil, o al menos se acercan, para poder aspirar a ser parte de la judicatura federal. La pregunta que me surge es si esas más de 30,000 personas ¿saben lo que implica ser candidato o candidata? Estimo que la gran mayoría nunca ha estado ni siquiera cerca de una campaña electoral.
Los candidatos y candidatas son quienes buscan el voto directamente frente a la ciudadanía, se acercan a sus potenciales electorales para tratar de convencerlos de que son la mejor opción y pedirles el voto a su favor. En las últimas semanas hemos visto cómo se multiplican en redes sociales los jueces y juezas, abogados y abogadas que hacen videos para tratar de explicar alguna de las funciones que llevan a cabo los juzgadores, con más voluntad que conocimiento de lo que hacen, pero justo ahí empieza la duda ¿consideran que eso es suficiente para ir a una campaña y ganarla? Para buscar el voto popular es necesario tener un posicionamiento frente al electorado, en una elección de cargos políticos muchas veces esto lo suplen los partidos políticos, los que realmente arrastran a sus candidatos, pero en las elecciones judiciales no hay partidos que impulsen a las candidaturas, por lo que quienes aspiren a ocupar uno de estos cargos judiciales deberá trabajar intensamente en su posicionamiento. En primer lugar, me refiero a su nombre e imagen, que las y los electores podamos identificarlos entre el mar de otros aspirantes que buscarán también un lugar en la judicatura. Para este posicionamiento las redes sociales no son suficientes. En una campaña el trabajo de tierra es tanto o más importante que el propio de las redes sociales, recorrer el territorio, trabajarlo, platicar con la gente, para que puedan al menos identificar a quienes participan, y por supuesto la parte del convencimiento. Para ello, antes deben saber a quiénes deben buscar y qué les deben decir, lo cual parece fácil, pero para ser efectivo se requiere bastante trabajo de investigación e inteligencia. Sumado a lo anterior, hay que decir que tendrán el gran reto de explicar no solo qué hace un juez o jueza, sino porqué la ciudadanía debe salir a votar en una elección a la que a una gran mayoría no les interesa, todo ello sin la posibilidad de recibir recursos públicos o privados, es decir, en el mejor de los casos con recursos propios. ¿Para qué se pueden usar estos recursos y cómo? Esa es una incógnita, pues estamos en una elección sin reglas, y este es uno de los aspectos más importantes que no están regulados.
Pero no solo eso, también tendrán que cumplir con todas las reglas que le son aplicables a las campañas, incluyendo las obligaciones de fiscalización, así como los trámites administrativos necesarios para aparecer en la boleta, darse de alta en el sistema y contar con el equipo necesario y suficiente para enfrentar lo que viene, es decir, contar con una estructura mínima, pues a falta de partidos políticos será más que necesaria. No estoy diciendo que todo lo anterior sea imposible, al final quienes participan en una elección de cargos políticos lo hacen, algunos de mejor forma que otros. A lo que voy es que quienes buscan ser juzgadores por la vía de la elección popular es importante que entiendan lo que viene en los próximos meses, si es que llegan a ocupar un espacio en alguna de las listas que al efecto presenten los tres Poderes de la Unión. ____ Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.
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