Ronaldo Nazário ha sufrido una de las mayores humillaciones de su vida en su intento fracasado de ser presidente de la Confederação Brasileira de Futebol (CBF). Ni logró formalizar su candidatura. Necesitaba, para ello, el apoyo de cuatro de las 27 federaciones territoriales… y todas se negaron a recibirlo.
El Fenómeno, que quería a Pep Guardiola como seleccionador tras el Mundial de 2026 como SPORT avanzó, renunció, se rindió el día 12. Anunció que retiraba su candidatura, que contaba con un gran apoyo popular y había sido bien acogida por el mundo del fútbol.
Fue un duro golpe para él y anduvo cabizbajo durante algunos días. Uno de los mayores cracks de la historia de Brasil fue repudiado por los burócratas del fútbol sin ningún tipo de contemplación.
Sin adversario, el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, que era el candidato único, convocó las elecciones a toda velocidad para este último lunes, un día antes del Argentina-Brasil de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2026.
La última vez que hubo dos candidatos en las elecciones de la Confederação fue en 1989, cuando Ricardo Teixeira, que entonces era el yerno del todopoderoso João Havelange (presidente de la FIFA), accedió al poder.
Con las cartas marcadas, Ednaldo Rodrigues fue reelegido hasta marzo de 2030, como ya estaba previsto. Tiene derecho a presentarse a unos nuevos comicios, por lo que puede mantenerse en el cargo hasta 2034.
Lo que sorprendió fue que obtuvo el 100% de apoyo: es decir, de todas las federaciones regionales y todos los clubes de la Serie A y B del Brasileirão. No hubo disidencia.
El resultado es un mensaje directo para Ronaldo o cualquier otro outsider que pretenda tomar las riendas de la Confederação. No hay posibilidad de que alguien de fuera del sistema comande el fútbol brasileño, aunque haya sido campeón del mundo o el mejor del planeta.
