El cáncer de mama sigue siendo un desafío de salud importante en México y en el mundo, pero también es una enfermedad con opciones de tratamiento y reconstrucción que pueden cambiar la vida de las mujeres que lo padecen.
En 2024, se estima que más de 20,000 mujeres mexicanas serán diagnosticadas con cáncer de mama, y al menos la mitad de estos casos se detectarán en etapas avanzadas, lo que reduce considerablemente las posibilidades de éxito en el tratamiento.
El diagnóstico oportuno sigue siendo la clave para aumentar las tasas de supervivencia, ya que detectarlo en etapas tempranas eleva las probabilidades de vida al 99 por ciento. Uno de los pilares del tratamiento tras la mastectomía es la reconstrucción mamaria, que puede realizarse de manera inmediata o retrasada.
Este proceso comienza con la colocación de un implante mamario o un expansor tisular, un dispositivo que ayuda a estirar la piel del pecho en preparación para el implante definitivo.
Aun en los casos de reconstrucción inmediata, este procedimiento suele requerir varias cirugías y consultas adicionales durante el proceso de expansión y ajuste. El objetivo principal es devolver la forma y el aspecto natural del seno, contribuyendo no solo a la imagen corporal, sino también a la estabilidad emocional y la calidad de vida de la paciente.
Si bien la reconstrucción no recrea la sensibilidad original del seno, sí logra recuperar una silueta que puede brindar confianza y bienestar.
Sin embargo, la realidad actual es que más del 70% de los diagnósticos de cáncer en México se dan en fases avanzadas, lo que complica los tratamientos y eleva los costos asociados. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2022 se registraron 23,790 nuevos casos de cáncer de mama y 7,888 fallecimientos, cifras que reflejan la urgencia de fomentar la detección temprana y el acceso a tratamientos integrales.
El proceso de reconstrucción, aunque complejo y demandante, ha avanzado significativamente con el desarrollo de técnicas más precisas que permiten lograr resultados estéticos satisfactorios.
Es fundamental que el cirujano plástico, el oncólogo y el equipo médico trabajen de manera coordinada para ofrecer a la paciente una estrategia personalizada que le permita enfrentar esta difícil etapa con mayores oportunidades de éxito y calidad de vida.
*cirujano plástico con más de 20 años de experiencia, uno de los principales referentes en reconstrucción mamaria en México. Graduado en Medicina por la UNAM y especializado en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
